Tanto si has llegado a visitar alguna como si no, permíteme embriagarte con las maravillas y la grandeza de lo que en su día fue El Hospital Militar San Pablo, de Sevilla.
Hospital militar de San Pablo
Este hospital militar abandonado se encuentra a las afueras de Sevilla. Y, os preguntaréis el porqué del nombre del Sanatorio de los muertos. Esto es debido a que muchos de sus visitantes y grupos de investigación paranormal, aseguran haber visto apariciones por allí, y no me extraña. Lo primero que sientes al comenzar a acercarte con el coche por la carretera segundaria, es un sentimiento de desamparo y soledad total. Ese lugar te hace sentir inseguro y en peligro. Está entre el aeropuerto y Sevilla, en una zona un poco controvertida y poco transitada. Sabes que te metes en un lugar problemático. Lo sientes.
Cuando lo visité por primera vez, dejamos el coche aparcado donde se pone el mercadillo semanal, que está aproximadamente a un kilómetro del enorme recinto del hospital, y cogimos la carretera segundaria.
Cuando llegamos, el primer edificio que nos encontramos no me llamó mucho la atención por fuera, pero por dentro era otra historia... Varios pasillos interminables nos dieron la bienvenida. Todos sin puertas, con los huecos, las paredes y los suelos vírgenes... Como si los hubieran despellejado, como si nunca hubiese estado en uso.
Estaba tan dejado... tan demacrado y agujereado... Que se notaba que recibía visitas a diario. Y no de las mejores compañías.
Pero sí que había estado en uso... Este antiguo hospital poseía unas instalaciones médico-sanitarias muy distinguidas, para la época en la que se encontraban, pero empezó a ser desubicado militarmente. Aquello hizo que su vida útil se redujera a solo 30 añitos... Se inauguró en la década de los 50, fue reconstruido como “Complejo Hospitalario” en los 70, y abandonado por completo finalmente en la década de los 80. Pero ahondemos en su historia.
Su fugaz pero productiva vida
Fue construido por las Fuerzas Armadas Americanas en los años 50, sirviendo así como enlace de comunicaciones entre el Norte de África y el Sur de Europa. Cinco años después se instalaría en el mismo lugar la “Sevilla High School”, una importante universidad estadounidense para hijos de militares americanos.
Se construyó bajo el Régimen de Francisco Franco, resultado de una aprobación para la instalación y ocupación de determinados recintos militares del personal de la U.S. Army en España. Así, el aeropuerto de San Pablo contaría, de igual modo, con una zona Norteamericana dentro de la que fuese el perímetro militar. Al mismo tiempo, bajo su influencia, se empezó a construir el imponente Hospital Universitario Virgen de la Macarena.
Contaba con dos bloques dedicados a Hospitalizaciones, así como tres plantas y un sótano por cada uno de ellos con tres alas cada uno. Además, había numerosos edificios a su alrededor, de diferentes usos cada uno: el pabellón de rehabilitación, las habitaciones de los trabajadores, el pabellón de consultas y quirófanos, el comedor, y el edificio de calderas y almacenes.
Así pues, poseían numerosas habitaciones para los pacientes, pero no se contaron demasiados fallecimientos en su interior, a pesar de que las historias paranormales son muchas.
Fenómenos extraños en el Hospital Militar San Pablo
Si revisáis internet con el suficiente esmero, podréis comprobar que no son pocos los testimonios de situaciones imposibles en ese abandono.
Por ejemplo, se nombra en varios lugares una habitación, “La Habitación Amarilla”, en la que se habla de que se habían encontrado claros e inequívocos indicios de satanismo. Pentagramas, gallinas sin cabeza, palanganas con sangre… Dicha habitación hoy por hoy ya no existe. Tampoco fuimos con demasiada información cuando lo visitamos, por tanto no sé exactamente dónde pudo estar ubicada. Ni siquiera sé si pasamos por allí sin ser conscientes de lo que era.
He de decir que, bajo mi experiencia personal, los edificios grandes del hospital no me hicieron sentir mucho. Debido a que llevo más de media vida en estos lares, sé perfectamente cuando algo activa mi sentido arácnido. Sí, algo que no veo, algo que siento. Incluso muchas veces puedo "sentir" si hay alguien en el lugar donde vamos a entrar, aunque no haga ruido. Es como si algo cambiara en el ambiente.
No me miréis raro... supongo que es algo que uno nota con el tiempo. Tened en cuenta que mi mujer y yo llevamos entrando en estos sitios mínimo un par de veces por semana desde hace más de 20 años. Hospitales, cárceles, zonas militares, cuevas, hoteles... y no necesariamente de día... y no necesariamente acompañados.
Lo cierto es que, estar expuestos al peligro constantemente te hace desarrollar una percepción mucho más sensible a cualquier cambio de tu entorno. Y sí, eso hace que notes ciertas cosas como que puede haber gente sin siquiera oír o ver nada, de forma general.
La zona caliente
En mi opinión y la de mi mujer, la zona donde se sentía algo extraño está pasando los edificios grandes. Un poco al final y a la derecha del todo. Allí hay otros edificios más bajos que no tienen pisos y están conectados mediante habitaciones y salas los unos a los otros. No sé qué usos pudieron tener, pero no nos sentíamos bien allí.
Curiosamente, por allí es por donde más cerca está la Hacienda los Milagros, o Cortijo Benaburque. Allí hubo un intento de asesinato con posterior suicidio que salió en los periódicos. Un robo violento y, según leyendas urbanas, una niña fue arrojada a un pozo cercano a la hacienda... Aunque esto último no se puede comprobar.

Aunque, en otras partes de las instalaciones la gente afirma haber visto sombras escalando muros y atravesando pasillos, sillas de rueda fantasmales, oído voces... Todo apunta a la Hacienda más que al hospital.
La niña del pozo
Se comenta que esta niña suele aparecerse por esos lugares merodeando como un alma en pena. Numerosos testimonios corroboran esta historia, hablando de un fantasma infantil con rostro muy pálido y vestido blanco que deambula por el lugar abandonado.
Un hombre, dijo que estaba con el coche aparcado y los prismáticos viendo aterrizar aviones cuando sintió que alguien le llamaba. Como no vio nada, siguió a lo suyo. Aun así, volvió a sentir lo mismo. Al girarse vio a una niña de 9 o 10 años, con ropa ligera y mal aspecto. Ella le dijo “Te he llamado, ¿acaso no me has escuchado?” El hombre se asustó de su expresión, que, según afirma, no era común en una niña pequeña, y salió huyendo. Nunca más volvió sin un acompañante.
En periódicos locales no he podido encontrar nada sobre ella. Pero en un blog, mi mujer encontró que una chica comentaba algo en él que da que pensar sobre la autenticidad de la leyenda:
"Al bajar por las escaleras era cada vez más fuerte el olor a humedad. Al terminar la escalera se llegaba a una enorme habitación en la que había tabiques derrumbados, con las paredes negras, sin pintadas esta vez, pero con juguetes sueltos de niños. Era imposible evitar que un escalofrío recorriese la espalda al moverse en aquel lugar tan extraño. Llamaba la atención una especie de tabique que se diferenciaba del resto de paredes y que era evidente que había sido construido posteriormente."
¿Serán verdad estas historias? Nadie lo sabe... Solo sé por experiencia que, cuando entras predispuesto a encontrar fantasmas en estos lugares, siempre te encuentras algo. Ya sea por sugestión o por otras cosas que no podemos explicar.
De esta Hacienda os hablaremos más adelante.
Todavía sigue en pie
Debéis de saber que estas instalaciones abandonadas son muy frecuentadas por curiosos, gamberros, investigadores y jugadores de airsoft. Aun así siguen aguantando. Aunque ya, la última vez que las visitamos casi no se podía andar por los pasillos. En todos había agujeros muy peligrosos en el suelo.
Este lugar empieza a parecer más un esqueleto que otra cosa. Así que, si quieres verlo, date prisa... Puede que de un día para otro, desaparezca entre una montaña de humo y ruido. Y, espero, que sin haber pillado a nadie de por medio.
Mis impresiones
Este abandono lo tiene todo para ser un 10 de 10... pero para mi se queda en un cinco. Lo que más me gusta de los abandonos es que guarden esencia, que tengan personalidad. Nunca me han gustado los abandonos industriales, a no ser que guarden cosas de su historia en su interior.
Este, a pesar de ser un hospital abandonado, no tiene nada en su interior, ni en sus paredes, que te indique lo que fue, que te haga sentir que estás andando por los pasillos de un antiguo hospital. Está tan demacrado, que solo es una estructura de aspecto industrial, casi como una casa en construcción. Está vacío, sin alma... Puede impresionar por lo grande que es, pero nada más.
Le doy un cinco por sus fotogénicos pasillos y por la aventura de adentrarme en sus recovecos durante horas para explorarlo por completo.
Advertencias
Como siempre aquí os aviso. Importante peligro de derrumbe. No vayáis por la noche ni aunque os lo conozcáis, por dos principales motivos:
-La gente. (Muchos de los que lo frecuentan no tienen las mejores intenciones.)
-Los constantes agujeros del suelo.
Como todos los abandonos es peligroso, pero no de los más peligrosos que he visitado. Por supuesto, el peligro de derrumbe es alto en los edificios de varios pisos. Andad con cuidado.
Otro sanatorio olvidado
Estas instalaciones se han convertido en un hervidero de cazadores de fantasmas debido a su fama. En mi opinión, un lugar solo tiene que estar abandonado para que comiencen las leyendas. Pero, si encima, se trata de un edificio que ha interactuado con la muerte... pues tenemos la combinación perfecta.
Pienso que no existen tantos lugares encantados como pensamos, ni siquiera los que han sido psiquiátricos u hospitales. Creo que nosotros le ponemos mucha imaginación y ganas al asunto. Eso no es malo, pero puede hacer que dejemos de ser objetivos y nos montemos castillos de humo.
He estado en grupos de investigación donde he oído a personas decirle directamente a un ente, que podía usar su energía para bajar la temperatura de los sensores y así poder captar pruebas... Sinceramente, creo en los espíritus y en el otro mundo... Pero llegar a ese extremo es peligroso. Precisamente por que creo.
Hay gente tan ansiosa por captar pruebas y experimentar estas cosas, que se ponen literalmente en peligro. Tu no sabes a qué le estás diciendo que use tu cuerpo o tu energía... No sabes a qué le estás abriendo la puerta. Y, aunque no haya nada, no sabemos lo sugestionable que pueden ser algunas mentes. Algo así, a algunas personas puede arruinarles la vida, tan solo por pensar que algo puede haberles entrado dentro.
Yo era muy aficionado a la investigación paranormal, hasta que de verdad empecé a creer en ello. Ahí es cuando le eché el freno, porque cuando ya has comprobado que eso existe, te lo tomas con mucho más respeto y no necesitas coger más pruebas.
Os digo esto, porque no todo vale... Precisamente porque no sabemos lo que hay, más vale que tengamos cuidado. Por si acaso. Poned siempre vuestra vida, vuestra paz y vuestra seguridad primero.
¡Gracias por pasarte a verme!
Al.